Uno de los problemas más comunes de los inversores de largo plazo en el mercado de valores suele ser la dificultad para soportar los ciclos bajistas. Aunque todos pensamos que aguantaremos estoicamente las sacudidas de corto y medio plazo, la realidad es que no suele ser así. Te pongo un ejemplo: Peter Lynch tuvo con su fondo de inversión un histórico de rentabilidad anual de récord, pero ¿sabes cuánto ganó el partícipe medio de su fondo?… Cero patatero.
Esto se dio porque la volatilidad del fondo en sí, y del mercado en general, era tan enorme que los partícipes no tenían estómago para soportar las bajadas, y la confusión les hacía vender en picos de pánico y volver a comprar cuando el valor liquidativo se había recuperado notablemente.
Los inversores de largo plazo tenemos un remedio muy eficaz para resolver este escollo mental, y es pensar en lo que de verdad importa cuando adquirimos activos volátiles de renta variable. Y esto es todavía más fácil si las acciones que compramos son las mejores para pensar de esta forma, las acciones de crecimiento del dividendo.
Imagina que eres un granjero que compra su primera vaca por un precio de 1000€. Esa vaca te da 10 litros de leche a la semana. Comienza un ciclo bajista en el precio del ganado, y después de un año el precio de una vaca es de 900€. Tú, como granjero, no te molestas en pensar que puedes vender tu vaca, sobretodo porque ahora, con un año más de edad, tu vaca es más eficiente y te reporta 11 litros de leche a la semana.
Sigue el ciclo bajista y el segundo año las vacas pasan a costar 800€ la unidad, un 20% menos del precio de compra. Una pena no haber comprado a estos precios, pero tu vaca lechera te da 12,5 litros de leche a la semana. Tu negocio CRECE, aunque las vacas hoy cuesten menos.
Al tercer año el precio de las vacas hace suelo, y rebota a 850€, mientras que tu vaca ya te reporta 14 litros semanales. En el año cuatro las vacas ya cuestan 975€, y tu renta semanal es de 15 litros.
Después de cinco largos años tu vaca ya vale más de lo que costó, 1100€, y te da 16 litros de leche a la semana. Pero ahí no queda todo, como no te hacía falta la renta que te aportaba la vaca para vivir, la leche que producías la guardabas (reinversión del dividendo), así que ahora, con la venta de la leche, has comprado otra vaca más. Y después de 5 años tienes 2 vacas que valen 2200€ y producen más de 35 litros de leche semanales.
¿Te das cuenta de lo que de verdad importa? La mejor manera de soportar los ciclos bajistas es saber en lo que estás invertido para el largo plazo, y darle sentido a tu compra inicial. Las acciones de dividendo creciente son ideales para entender el concepto, y le aportan criterio y coherencia a tu cartera, además de ser históricamente más rentables.
Sé que últimamente estoy escribiendo como si pensara que el ciclo alcista está a punto de terminar, pero lejos de eso, mi intención es que tengamos en cuenta que la fiesta acabará algún día, no tengo ni idea de cuando, y debemos estar preparados para el momento en que ocurra, teniendo nuestra cartera adaptada para ello, y sabiendo para qué estamos invertidos en lo que estamos invertidos.
Como siempre, un fuerte abrazo.