Harry Browne, creador de la cartera permanente, a través de su libro Fail-Safe Investing, nos detalla las reglas fundamentales a seguir en el proceso de planificación de nuestro proceso de ahorro e inversión. Son pautas sencillas, directas y coherentes, directamente relacionadas con el éxito del buen inversor. Si te gusta esta entrada después de leerla, puedes empezar si quieres por la primera entrada de la serie.
Regla nº 11. Construye una Cartera a Prueba de Bombas.
Para el dinero que vas a ir acumulando para el resto de tu vida, necesitas un portafolio que sobreviva ante cualquier desastrosa eventualidad financiera. Para ello debes construir una cartera simple, diversificada, descorrelacionada y balanceada.
Cuatro tipos de inversiones cubren las cualidades arriba descritas:
– Acciones. Para épocas de prosperidad y economías crecientes.
– Bonos de largo plazo. Para épocas de deflación y tipos de interés en caída.
– Oro. Para épocas de inflación donde el dinero en moneda corriente pierde su valor.
– Cash. Para épocas de recesión y tipos de interés al alza.
¿Qué supone esta cartera?
– Seguridad. La cartera continúa creciendo a través de cualquier clima económico. Unas veces de forma más veloz y otras con una tasa de rentabilidad inferior a las acciones, pero raras veces caerá en picado.
– Estabilidad. La volatilidad de esta cartera es realmente baja teniendo en cuenta su buen rendimiento en el largo plazo. En los últimos 40 años sólo ha caído en 4 de ellos, y de forma muy moderada.
– Simplicidad. Esta cartera no requiere de un esfuerzo gestor importante. Sólo hay que rebalancearla cuando uno de los activos alcance el 35% o el 15% de la cartera. En ese momento se traspasará capital de unos assets a otros para volver a dejarla en 4×25%.
Es todo lo que hay que hacer. Simple y seguro.