44 Wall Street Fund de David Baker, el fondo que batió al Magellan del legendario Peter Lynch

44 WALL STREET

Si con la entrada sobre el Voya Fund te presenté un ejemplo de gestión eficiente y robusta, que es capaz de soportar el paso del tiempo manteniendo un comportamiento ejemplar a pesar de su pasividad, hoy te traigo la historia de otro fondo, 44 Wall Street Fund, gestionado en su día por David Baker, y que consiguió batir al mismísimo Magellan de Lynch durante su primera década de vida.

David Baker Jr. fue tratado en la década de los 70 como una super-estrella del rock debido a la impresionante rentabilidad que consiguió con su fondo 44 Wall Street Fund, superando como he reseñado en el primer párrafo al famoso Peter Lynch. En 1971 y 1979 llegó a conseguir retornos superiores al 70% en un solo año, lo que le elevó a la cima de la industria de los fondos.

A finales de la década, pocos inversores escapaban de la tentación de ser partícipes del 44 WS, y los que no lo eran ya, preparaban su aportación para unirse a tan selecto club de ahorradores. Pero, ¿por qué Mr. Baker no tiene la fama de su colega Lynch si consiguió batirle durante diez largos años? ¿Por qué las librerías no nos ofrecen los secretos sobre inversión de Mr. Baker?

Peter Lynch tuvo el buen ojo de retirarse a los trece años de comenzar con Magellan, justo cuando comenzaba a ver que no conseguía batir al mercado como lo hacía en los primeros años de gestión. No sabemos qué habría pasado si hubiera decidido seguir, pero no cabe duda que con su decisión se aseguró estar en la cima de la gestión de fondos para siempre. Pero el bueno de Mr. Baker siguió en su empeño de especular con batir al mercado por siempre. Y pasó lo que tenía que pasar…

Justo cuando media América era ya partícipe del 44 WS Fund atraídos por su excelente rentabilidad pasada, el fondo tuvo una desastrosa década siguiente, llegando a ser en algunos ciclos el peor fondo del mercado, como en 1984 cuando obtuvo un rendimiento de -59% mientras que el mercado total de acciones retrocedió tan solo un -2%.

Su gusto por concentrar la cartera en los sectores que creía convenientes y en las acciones preferidas dentro de esos sectores, le llevó al abismo más absoluto e inesperado por sus fanáticos y esperanzados inversores. Según sus propias declaraciones en 1985 y en opinión del NY Times de la época:

«…fue una consecuencia de la agresividad y una combinación de otros elementos. El mercado de 1984 favoreció al inversor prudente y torturó a aquellos que asumieron riesgos. Y cauteloso, no lo fue, concentrando sus apuestas de inversión en un puñado de sectores y acciones dentro de esos sectores, en lugar de diseminar el riesgo a través de una cartera diversificada. En lo que respecta a la selección de valores, hizo algunos juicios erróneos fundamentales sobre las empresas individuales. Finalmente, sus técnicas de inversión lo penalizaron sustancialmente….»

La estrategia de inversión del propio Baker se basaba en «estudiar la economía para prever cuáles serían los sectores ganadores del próximo ciclo, y entonces seleccionar acciones con precios razonables y buenos múltiplos de ganancias en aquellas economías a las que les irá bien», y así, a finales del 79 cargó su fondo con petroleras, gestoras de hospitales y tecnológicas.

Te puedes imaginar el estrépito. No sólo se equivocó en su previsión de batir la mercado, sino que fue uno de los peores fondos de la década de los 80 e incluso el peor en 1984.

Tenemos la insana costumbre de mirar al pasado con la esperanza de ver un patrón y luego proyectar ese mismo patrón en el futuro. En teoría, esto suena muy bien ya que a todos nos han aconsejado alguna vez a aprender de la historia. Pero cuando el tamaño de la muestra no es suficientemente significativo como para considerar que la ciencia nos da la razón, podemos terminar adivinando mal y poner el pie en el sitio equivocado dentro del campo de minas que resulta ser el mercado.

Conclusiones:

  1. Batir al mercado es extremadamente difícil.
  2. Batir al mercado durante décadas es casi imposible.
  3. Nadie sabe qué sectores serán los mejores del futuro ciclo económico.
  4. Nadie sabe qué acciones serán las mejores para el futuro ciclo económico.
  5. Las estadísticas nos muestran como los fondos ganadores de una década suelen hacerlo peor en la década siguiente.
  6. Las rentabilidades pasadas no son prueba de nada con respecto a las rentabilidades futuras.

Como siempre, un abrazo grande.