Otro lunes negro más para la historia de las bolsas. Esta vez le ha tocado a China llenar los titulares de las portadas de los diarios generalistas, sirviendo de excusa para explicar la tormenta de verano. No se lo digas a nadie, pero te voy a contar un secreto: La bolsa, de vez en cuando, baja. Shuuuuuuu, que te he dicho que no se lo digas a nadie. Es nuestro secreto…
Somos inversores pasivos, y si tú realmente lo eres, te debería haber pasado como a mí ayer, que me enteré de la bajada en las noticias de la noche. Me importa un pimiento lo que hagan los mercados en el corto plazo, y aunque reconozco haber tenido suerte en pasar mi cartera Bogle a una Cartera Permanente antes de la bajada, en realidad, no tiene ninguna importancia.
Recuerda:
– Si eres joven, las bajadas como las de ahora te vienen de cine porque cada mes comprarás de forma automática en oferta, adquiriendo mayor número de activos para disfrutar durante tu futuro retiro.
– Si eres mayor, te sentarán como el culo, porque estando retirado disminuye tu «sueldo» líquido aportado por el porcentaje que saques cada mes de tu cartera de inversión.
Si no tomas decisiones sicológicas no cometerás errores sicológicos. Un inversor pasivo reacciona ante un lunes negro igual que ante un jueves negro, un martes 13 o un viernes santo, haciendo absolutamente nada. Los inversores fundamentalistas tendrán que tragar saliva y prepararse para la oleada de vaivenes que le esperan, así como el inversor técnico tendrá que romperse los ojos mirando las velas de sus gráficos.
Buscar suelos ahora no es buena idea. Lo barato que compres ahora con tu aportación extra por pensar que estamos en un suelo puede resultar cara comparada con las compras que podrías hacer en los meses siguientes de forma automatizada según tu plan pasivo. Tus buenas intenciones te pueden jugar una mala pasada invirtiendo una cantidad extra elevada en un mal momento. No intentes ser el más listo de la clase. El camino hacia el infierno está pavimentado con buenas intenciones.