Las acciones mineras son unas de las clases de activos más peculiares que podemos añadir al reparto de renta variable de nuestra cartera de inversión. Las minas de oro son acciones, pertenecientes al mercado general, pero tienen comportamientos y características muy diferentes a la totalidad de acciones en conjunto, haciendo que, siempre que se usen racionalmente, les podamos sacar buen provecho.
Tengo que aclararte algo antes de meternos en profundidad. Las acciones mineras de oro no sustituyen al oro en una cartera de inversión, ni viceversa. En la mayoría de días de cotización pueden moverse en sentidos parecidos, pero sus tracks de corto, medio y largo plazo pueden variar sobremanera. Incluso en una misma sesión se pueden mover en el mercado de forma dispar. Es cierto que el negocio de la minería depende del precio del oro, pero también depende de la habilidad de los gestores de las mineras, del riesgo político y de país, catástrofes naturales,…
Harry Browne, el creador de la Cartera Permanente, especuló con éxito en la década de los 70, e hizo una fortuna con la gran rentabilidad del oro y la plata. Afortunadamente, años después se dio cuenta de su suerte, y terminó reconociendo que triunfó gracias a que el azar estuvo de su lado. En su libro Inflation Proofing your investments nos recuerda:
«No tengo nada en contra de las acciones mineras de oro, pero al planificar tu cartera, no cuentes con ellas como si fueran simplemente oro».
El principal problema que tienen estas acciones para el inversor pasivo es que, a largo plazo, tienen una menor rentabilidad histórica que el mercado general de acciones. Si el oro tiene una rentabilidad esperada equivalente a la propia inflación, las minas apenas superan en algunos puntos básicos el aumento del coste de la vida. Este lastre es la primera razón para no poner muchos huevos en la cesta de las minas de oro.
La segunda razón es su elevada volatilidad. Igual bajan un 60% en medio año que suben un 250% en tres. Estos torbellinos de rentabilidad hacen que el inversor tranquilo no se sienta cómodo con cantidades importantes de minas en su cartera.
Pero precisamente esa volatilidad se puede volver de nuestra parte si sabemos cómo. Usando una pequeña cantidad de minas en nuestra cartera, evitaremos que repercuta demasiado en nuestra contra cuando su mercado particular caiga con fuerza. A su vez, pasado el ciclo bajista podremos comprarlas muy baratas, para aprovechar su ilimitado poder de subida en el posterior rally.
Según William Bernstein, uno de mis bogleheads favoritos, y en una nota de la edición revisada de Deusto de El Inversor Inteligente de Benjamin Graham:
«La asignación de una pequeña cantidad de dinero a acciones de metales preciosos (2% del total de la cartera) es demasiado pequeña para lesionar los resultados globales cuando el oro tiene un mal ciclo. No obstante, cuando el oro tiene un buen resultado, la rentabilidad suele ser espectacular, en ocasiones superior al 100% en un único año, por lo que puede por sí solo, conseguir que una cartera por lo demás apagada, brille como el sol».
Esa es la clave, que un 60% de caída no dañe demasiado la rentabilidad de corto plazo de tu cartera. Que su peor rentabilidad de largo plazo no sea tampoco un lastre. Pero que sus fuertes subidas sean aprovechadas mediante una estrategia de inversión metódica y bien planificada.
Vamos a ver algunos ejemplos gráficos de como se las pueden gastar estas alocadas acciones.
En la siguiente imagen vemos como desde septiembre de 2011 hasta final de 2015, el índice global de minas de oro cayó un -79%. Una caída dolorosa si hubieras tenido una cantidad importante de estos activos en tu cartera. Duro ¿eh?
Y eso no es nada, porque si en vez de invertir en una cartera diversificada de minas de oro, lo hubieras hecho en el índice de mineras small caps, la caída hubiera llegado a ser de un insoportable -87,5%. Ríete tú del bitcoin. Aquí tienes el gráfico del terror:
Ahora bien, si sólo invertiste ese pequeño 2% del total de tu cartera, la lesión temporal para tu portafolio habría sido de un inofensivo -0,3% anual. Todo lo que reste rentabilidad a la cartera es malo, por supuesto, pero la buena noticia es que al rebalancear, y comprar esas minas tan baratas, un hipotético posterior rally del 265% habría sido aprovechado con brillantez, otorgando al total de la cartera un beneficio extra del 1,5% anual.
Este tramo al alza no corresponde al que sucedió justo después del ciclo bajista expuesto anteriormente, pero nos sirve para ver como se las gastan las minas. Con números redondos, si en ese tramo alcista de las minas entre noviembre de 2008 y agosto de 2011, una cartera común diversificada y pasiva hubiera obtenido una rentabilidad total del 10%, gracias a la inclusión de un 2% en minas de oro la rentabilidad final habría subido a un 15%.
Como siempre, el objetivo aquí no es buscar la piedra filosofal de la riqueza, sino mejorar nuestra cartera con poco esfuerzo, y sin que cambie su idoneidad con nuestro propio perfil. Veamos ahora qué activos dispones para invertir en minas de oro.
ETFs de minas de oro.
No existen buenos fondos de inversión en España para incluir las minas en nuestras carteras pasivas e indexadas. La mayor parte de ellos cobran comisiones abusivas y no logran seguir fielmente al índice de las minas de oro globales.
Así que, en mi opinión, un medio más adecuado para invertir en ellas, si es que quieres incluirlas en tu cartera, son los ETFs, totalmente indexados y moderados en gastos, aunque sí que son más caros que los ETFs del mercado general de acciones. Te presento a los tres principales:
VanEck Vectors Gold Miners ETF (GDX). Es el principal ETF del sector. El más líquido y contratado. Tiene una comisión de gestión del 0,51%.
Vaneck Vectors Junior Gold Miners ETF (GDXJ). Si te gustan las emociones fuertes, las mineras de pequeña capitalización te colmarán en sobresaltos. Con una comisión 0,52% y tan líquido como su hermano mayor.
Ishares MSCI Gold Miners ETF (RING). Aunque los ETFs de Blackrock gozan de mayor popularidad en la industria, este producto es menos usado por los inversores que los dos anteriores, aunque su comisión del 0,39% es algo menor.
No es para nada obligado incluirlas en tu cartera, pero particularmente sí que soy de la idea de tener un pequeño porcentaje de minas de oro. Gracias a eso, se busca el beneficio expuesto en esta entrada, además de proteger la cartera (junto a REITs y TIPs) ante un inesperado ciclo de gran inflación de corto o medio plazo.
Espero que te haya parecido interesante. Por favor, siéntete libre de comentar cuanto quieras.
Como siempre, un abrazo grande.