Características de un buen fondo de inversión

baelo global

Cuando comencé a dar vueltas a la idea de esta entrada, pensé en las innumerables características que un buen fondo debe tener y que durante tantos años hemos ido repasando en este blog. Pero, ¿cuáles de esas características serían propias de un fondo para todos?

Un fondo para todos debía tener una composición apta para la mayoría de participantes. Tal y como vimos en Política de cartera de Benjamin Graham, el maestro de la «inversión inteligente» abogaba por no tener más de un 75% en renta variable ni menos de un 25%, siendo su porcentaje recomendado el simple y aburrido 50%. Finalmente pienso que una composición moderada es una solución adecuada, con una cartera clásica 60/40, con el fin de darle un protagonismo mayor a los activos de largo plazo, pero con el suficiente colchón como para que aquellos que confíen en el fondo como su principal vehículo de inversión soporten los ciclos bajistas con mejor predisposición.

Un fondo para todos debía ser global, invertido en acciones nacionales e internacionales, aunque ello conlleve riesgo divisa en el corto y medio plazo. Limitarse a acciones locales pienso que no es correcto, y que tampoco es del gusto de la mayoría de seguidores de este estilo de inversión. En un solo activo, el partícipe dispondrá de diversificación mundial completa.

Un fondo para todos debía luchar de forma efectiva contra la inflación, uno de los mayores enemigos del ahorrador. Si bien un 60% de acciones protege con soltura ante la subida del precio de la vida a largo plazo, existen clases de activos que protegen al inversor de una inflación acusada de corto o medio plazo. Son las REITs, Mineras de oro y bonos ligados a la inflación. Un pequeño porcentaje de cada una de ellas hará que la cartera reaccione a nuestro favor en caso de que el coste de las cosas repunte con fuerza y sin aviso.

Un fondo para todos debía tener una buena muestra del tipo de acciones que vimos en No pienses como un especulador, piensa como un granjero, que permiten al inversor asimilar con tranquilidad los vaivenes del mercado bursátil, entendiendo que aunque se inicie un ciclo bajista en los precios de las acciones, las empresas dividend growth siguen creciendo en su negocio y cuidando con mimo a sus accionistas. Es más, si aun le quedan largos años al partícipe para disfrutar de las rentas de su inversión, un mercado bajista debería ser bienvenido, ya que ofrecería la oportunidad de comprar a buen precio las empresas más excelsas del planeta.

Un fondo para todos debía también ser barato, mucho más barato que los fondos de su categoría. Durante los últimos años hemos estudiado como el ahorro en costes es una de las propiedades de una estrategia de inversión que a priori nos eleva la rentabilidad esperada final, y buena prueba de ello lo vimos en The Voya Corporate Leaders Trust Fund. Ahorrarse un 1% anual en comisiones podría parecer poco, pero a largo plazo son miles de euros los que se pierden por el camino. Una comisión de gestión baja sumado a una gestión muy pasiva de la cartera inspirada en los índices más selectos, harán que la mayor parte del beneficio del fondo se lo quede el partícipe.

Un fondo para todos, por último, debía ser entendible, sencillo y transparente. El partícipe debe saber en todo momento en qué invierte sus ahorros. Cuanto más sentido tenga una estrategia de inversión, mejor se sentirá el partícipe, y ya sabes de sobra que sentirse bien es parte del éxito inversor.

Sería sencillo de entender, diversificado en clases de activos, global, invertido en renta variable pero moderado gracias a la parte de renta fija euro, con las mejores empresas del planeta en el trato al accionista, y sensiblemente más barato que la media de su categoría.

¿Y para ti? ¿Qué características debe tener tu fondo de inversión ideal?

Como siempre, un abrazo grande.