No seré yo quien quite la razón a quienes piensan que el dividendo que entrega una acción se descuenta del precio de la misma, por lo que el efecto se anula automáticamente. Pero aunque en el momento en que se produce la entrega esta afirmación podría ser verdad, proyectar las entregas en el tiempo con sus correspondientes re-inversiones produce una ventaja significativa sobre los métodos que desprecian este tipo de estrategias.
Como estamos de puente y no quiero alargarme, voy a intentar ser breve y preciso en la medida de lo posible, exponiendo un ejemplo ficticio del efecto del interés compuesto y sus consecuencias positivas ocultas.
Imaginemos que Procter & Gamble (PG) lleva 60 años repartiendo e incrementando su dividendo, y que en los últimos 20 ha elevado las rentas a sus accionistas en un 10% anual.
Al comienzo de ese ciclo de 20 años la acción costaba 10$, y repartía 0,40$ por acción, es decir, un yield del 4%.
Al siguiente año eleva el dividendo un 10%, entregando 0,44$. En el tercero lo sube otro 10%, rentando 0,48$. El cuarto 0,53$. Y así durante dos décadas.
De primeras parecen números poco impresionantes, pero el efecto bola de nieve comienza a surtir efecto exponencial cuando los años pasan y la enorme pelota blanca va recogiendo muchos más copos en cada vuelta sobre sí misma. En el año 20, PG estaría entregando 2,44$, es decir, un 24,4% de dividendo sobre el coste de la compra.
En otros números, compras 1000 acciones de PG a 10$, que te cuestan 10000$. El primer año recibes 400$, pero en el año 20 pasas a recibir 2446$, que es una cuarta parte del coste. Cada cuatro años PG te devolvería el dinero invertido en tus acciones!!!, sin contar con la hipotética revalorización del precio de la acción, y sin tener en cuenta tampoco que si las mantienes se seguirán incrementando los dividendos aún más.
En la siguiente tabla traída desde Get Rich With Dividends (Marc Lichtenfeld: 2012), puedes ver como va creciendo el dividendo entregado cada año hasta cumplir las dos décadas:
En el año 5 el dividendo ya había crecido casi un 50% de la cantidad inicial, y en el año 9 ya se entregaba más del doble. Y eso no es todo, ya que contando solamente las rentas, en el año 20 se habrían acumulado casi 23000$, más del doble de la cantidad gastada en la compra de las acciones.
Este tipo de acciones aburridas que incrementan el dividendo año a año están injustamente infravaloradas por la comunidad inversora, ya que no suelen ser objeto de fanfarria de ningún vehículo de inversión, que prefieren buscar empresas desconocidas o menos «facilonas» para justificar sus obligadas horas de flexo y cafetera.
Pero lo cierto es que si hubieras invertido hace 30 años 10000€ en un Dividend King medio como por ejemplo Colgate Palmolive, ahora tendrías un millón de Euros. Esto no quiere decir que lo vaya a volver a conseguir en las siguientes tres décadas, pero si inviertes en una cartera diversificada de acciones de dividendo creciente, quizás puedas explicar en el futuro a tus hijos el concepto del interés compuesto con tu propia experiencia.
Que pases muy feliz puente. Un abrazo grande.
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