Para algunos historiadores económicos, Jakob Fugger ha sido el hombre más rico de la historia de la humanidad. Banquero y mercader de Augsburg, logró acumular en el siglo XVI, no solo la mayor fortuna de su época, sino que además parece que, teniendo en cuenta el valor del dinero de aquel entonces, reunió una riqueza aún mayor que la que poseen los multimillonarios de hoy en día.
Su fama se extendía por toda Europa, siendo incluso admirado por mercaderes, reyes y papas (en la imagen adjunta puedes ver su retrato pintado por mismísimo Durero). Era un gran hombre de negocios, con excelente ojo para la minería, las tierras y los préstamos a particulares, compañías privadas y estados. Su habilidad para las finanzas le proporcionó una cartera de activos financieros diversificada, rentable y difícil de doblegar. Su dimensión económica llegó al punto de ser el principal prestamista del emperador Carlos V, a quién financiaba para el crecimiento de su imperio.
Su portafolio consistía en cuatro clases principales de activos:
1. Inmuebles, sobre todo tierras.
2. Negocios, entre los que destacaban las minas.
3. Préstamos, incluyendo créditos a los más grandes imperios de la época.
4. Dinero. Oro y plata, que eran las monedas de entonces.
La versatilidad de su cartera era tal que crecía sin parar con rendimientos extraordinarios y sin la menor señal de debilidad en cualquier ciclo económico. Viene a ser un concepto parecido a la cartera permanente de Harry Browne pero sin tanto mercado financiero de por medio, con una volatilidad algo mayor, con menor protección cuando las recesiones se enfadan con todo activo volátil, pero que a Fugger le daba mucha seguridad aunque quizás algo menos de liquidez. Igual el hecho de no estar mirando continuamente la rentabilidad de su portafolio le ayudó en el largo plazo… 🙂
Pero, a pesar de que sus activos eran menos líquidos que los de una cartera convencional actual del pequeño inversor, vamos a ver qué podemos hacer para llegar a convertirnos en un pequeño Fugger. Para ello tenemos que adaptar los activos de su cartera a nuestras posibilidades como asalariados del siglo XXI. Veamos cómo quedaría el diseño:
– 25% REITS. No son inmuebles exactamente, pero son empresas que dedican su negocio la gestión inmobiliaria y campos agrícolas y negocios relacionados del sector. Vendrían a ser un híbrido entre las acciones y los inmuebles, y su volatilidad y comportamiento con respecto a la renta variable general lo convierten en la mejor opción en este caso.
– 25% ORO, PLATA Y MONETARIO. Si bien el oro es el metal con mayor componente monetario, la plata se adaptaría más al concepto de intercambio de dinero. No creo que se pudieran pagar cosas corrientes con una onza de oro que ronda los 1000€. La onza de plata no llega en estos momentos a los 15€, y sería una moneda más fácil de usar. Hay que aclarar que en aquel entonces el oro y la plata representaban el cash de hoy, pero en esta cartera propongo también metales como protección extra ante una crisis de las monedas fiat.
– 25% ACCIONES GLOBALES. Fugger tenía negocios en toda Europa e incluso en el resto del mundo, así que la Cartera Fugger debe disponer de una cartera diversificada de acciones globales (sus empresas favoritas eran las minas).
– 25% BONOS. En este caso también debería ser deuda en diferentes monedas, ya que nuestro protagonista prestaba a alemanes, españoles, ingleses, y resto del mundo. Para una cartera actual veo más apropiado deuda en moneda local.
Y ahora veamos un ejemplo de diseño con productos que tenemos disponibles para completar la cartera (los ETFs USA ya no están disponibles para el mercado español, por lo que habría que buscar su correspondiente versión UCITs o fondos indexados):
– INMUEBLES:
Amundi Index FTSE Epra Nareit
– ORO, PLATA y MONETARIO:
Xetra Gold ETF
Onzas de oro y plata física.
Cash o Fondo monetario
– NEGOCIOS:
Amundi Index MSCI World
Amundi Index MSCI EMU
– PRÉSTAMOS:
Amundi Index EMU Gov Bonds
Amundi Index Agg Eur Bonds
¿No me dirás que no sale una cartera más que curiosa?
Ahora veremos el rendimiento que ha dado, pero independientemente de ello se puede construir de forma simple, sencilla y barata, al más puro estilo lazy portfolio. Aunque ya sabes de sobra que las rentabilidades pasadas no implican nada en el incierto futuro, no me detendré mucho en esto, pero te dejo con el gráfico que corresponde a una comparativa de la Cartera Fugger (cartera 1) y estar invertido en acciones globales desde 1994, que es la fecha que permite la aplicación por los datos que maneja de los activos seleccionados:
Una volatilidad muy contenida (la mitad) y un rendimiento bastante decente (anecdótico pero ligeramente superior). La descorrelación de sus activos le ofrece la versatilidad de una cartera permanente (en ciclos de recesión tendría correcciones mayores), con mayor volatilidad y un rendimiento esperado que se intuye también algo mayor.
¿Qué te parece a ti esta adaptación de las riquezas de Fugger?
Para saber más:
– KELLENBENZ, H. (2000) Los Fugger en España y Portugal hasta 1560. Salamanca: Junta de Castilla y León.
– SCHICK, L. (1961) Jacobo Fúcar. Un gran hombre de negocios del siglo XVI. Madrid: Aguilar.
– STRIEDER, J. (2001). Jacob Fugger, the rich. Beard Books. USA.